29 de octubre de 2013

Nos movemos en Octubre

Después de las reuniones de la Junta directiva y la Asamblea General, preparando las actividades de este curso, podemos decir que estamos comenzando con buen pie.

El pasado día 12 pudimos comprobar la amplia participación del colegio en el Día de la Bicicleta en la que se repartieron más de 300 dorsales.
Por su parte, el Ampa dió su apoyo repartiendo camisetas (este año fueron nada más y nada menos que 177) a todos los que se acercaron por el colegio antes de reunirse con el resto de participantes en la Plaza de la Mariblanca. Pudimos constatar el orgullo de nuestros ciclistas portando esta identificación. Pequeños y mayores compartieron dorsal y camiseta con el objetivo de pasarlo bien todos juntos en familia.

A punto de iniciar la etapa un saludo de muchos de los participantes (cortesía del colegio).

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Por otra parte, se propuso una excursión a la Sierra, concretamente a la zona de Rascafría que ha resultado, a nuestro entender y por los comentarios de los que se apuntaron a esta actividad, plenamente satisfactoria. No podemos dejar pasar la ocasión para agradecer a Mª José Horcajada y Antonio García su implicación y dedicación para que todo saliera a la perfección.
El autobús salió este pasado sábado, día 26, con unas horas previas lluviosas que cesaron, por completo, pocos kilómetros antes de llegar a nuestro destino y nos dejaron un paisaje que, con el transcurso del día, fue ofreciéndonos unas limpias y, si cabe, más nítidas tonalidades típicas del otoño.


Los intrépidos excursionistas casi al completo (nos falta el fotógrafo).


Nos recibió el monasterio de El Paular invitándonos a disfrutar del espléndido entorno en el que está ubicado. Solo teníamos que pasar el Puente del Perdón (nombre debido a los juicios que se celebraban allí en la Edad Media) y un poco más allá llegábamos a nuestro punto de partida.

La excursión propiamente dicha se inicio en la zona de recreo denominada "Las Presillas" y tenía como objetivo último la "Cascada del Purgatorio".  Fue todo un paseo disfrutando del paisaje, del contacto con otros excursionistas y del día que empezó con cielo cubierto y acabó en un espectacular cielo azul retocado con algunas nubes y apoyado en las montañas circundantes.



Poco a poco, río Aguilón arriba.


El sol rompía el dominio de las nubes.


Durante el trayecto nos encontramos desde setas, zarzamoras o un increíble robledal (que ha sido explotado durante siglos para hacer carbón y leña y, por ello, presenta árboles poco longevos) hasta ovejas, caballos y vacas, sobretodo avileñas, que pusieron en apuros a más de uno al campar a sus anchas por praderas y senderos como el nuestro.


Para los entendidos no tendrán misterio, para nosotros son una curiosidad.


Pasamos o no, ejem.

¡Esto es vida, muuu buena vida!


Robledal y praderas se unen a los caballos en un entorno singular.


 Todo ello siguiendo el río Aguilón, tributario del Lozoya, que se fue cerrando sobre nuestros pasos en un cada vez más estrecho desfiladero, al seguir su cauce río arriba. Pasamos de zona de robles y praderas a un claro predominio de pinos. El terreno se hizo más desafiante exigiendo más esfuerzo por el contínuo sube y baja, las raíces de los pinos y las rocas, claras dominantes de este tramo final, hasta encontrarnos la cascada, un potente salto de agua que pudimos contemplar desde el mirador de madera, construído a suficiente distancia, para admirar el conjunto que nos ofrecía la naturaleza entre verticales paredes de piedra.


El río Aguilón en todo su esplendor.


La Cascada del Purgatorio demostrando su fuerza.


Admirables los pequeños por su capacidad de aguante para una ida y vuelta que supuso alrededor de 12 kms con descanso, eso si, para reponer fuerzas en la rocosa zona de destino o poco antes en una estupenda pradera junto al río.


En esta pradera se disfrutó una agradable comida campestre.

Una vez regresamos al inicio de nuestra andadura, algunos de nosotros, nos acercamos al monasterio de El Paular para ver si se podía hacer una visita guiada, pero dada la hora a la que llegamos, no nos daba tiempo porque el autobús partía antes de que pudiéramos completar el recorrido por esta joya de la arquitectura. Otra vez será.


Junto al Puente del Perdón camino del monasterio (al fondo).

La vuelta nos permitió descansar mientras los más pequeños se divertían con una película de dibujos animados. El estupendo ambiente que hubo entre todos los participantes nos anima para seguir por esta línea en un futuro.




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